jueves, 20 de mayo de 2010

A ti, te estoy hablando a ti, a ti la que no escucha. A ti, que con lo que te sobra me darías la luz para encender los días. A ti, que juegas a ganarme cuando sabes bien que lo he perdido todo. A ti, te estoy hablando a ti aunque te importe poco lo que estoy diciendo. A ti, te estoy hablando a ti aunque es perder el tiempo. A ti, que te pasó tan lejos el rigor del llanto y la melancolía. Si nunca dije la verdad fue porque la verdad siempre fue una mentira. A ti, te estoy hablando a ti aunque te valga madre lo que estoy diciendo. A ti, que te falto el valor para pelear por ti. A ti, que te consuelas con cubrirte de Channel las huellas de mis besos. A ti, que por despecho estas pensando con los pies. A ti, que me dejaste solo incluso cuando estabas en mi compañía. A ti, te estoy hablando a ti tan sorda y resignada. A ti, que duermes con tu orgullo y te dejas tocar con tu rencor barato. A ti, que te gusta ir de mártir repartiendo culpas que son sólo tuyas. A ti, te estoy hablando a ti porque no hay nadie más que entienda lo que digo. A ti ya no te queda nada, a ti ya no te queda nada, nada. A ti ya no te queda nada, y a mi me queda por lo menos, este síndrome incurable de quererte tanto.

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