viernes, 19 de junio de 2009

La felicidad no se descubre al encontrar a la persona apropiada sino en ser la persona adecuada. La felicidad no está en encontrar a quien te haga feliz sino en aprender a traer felicidad a los que te rodean. La felicidad la encuentra la persona que aprende a vivir sabiamente. Está en aquella persona que establece relaciones saludables, pone límites, acepta lo bueno y rechaza lo cuestionable. Es feliz quien se acerca a las personas sin sospecha pero con prudencia y se aleja de quienes le hacen daño, sin maltratar pero con inteligencia. La felicidad la encuentra quien aprende a usar las cosas y no a las personas, quien no abusa ni permite el abuso. No es feliz quien nunca recibe heridas sino quien sabe como evitarlas y cuando es imposible, sabe como curarlas. No es feliz quien nunca tiene problemas o todo tiene resuelto, sino quien cuando estos llegan los enfrenta sabiamente y cuando no puede busca ayuda inmediatamente.

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