Para no sentir, traté de no verte; para no llorar, preferí la apatía; para no extrañarte, la indiferencia; para no quererte, el odio. Para olvidarte, elegí simplemente no recordar; para que sea menos doloroso, me anestesié el corazón con mentiras; para no lastimarte ni lastimarme, quise evitarte. Para seguir viviendo, traté de olvidar que tú también me olvidabas y que alguna vez nuestras vidas se juntaron para compartir tantos momentos. Para ser feliz, conté tus risas; para estar triste, lloré tus lágrimas; para sentirme querida, volví a buscar tus brazos. Para sentirme odiada, recordé las veces que me buscaste; para no tenerle miedo a la soledad, imaginé que todavía estabas; para pensar un poquito menos, fui egoísta como de costumbre y pensé en mi misma. Para corregir mis errores, preferí borrarlos de mi memoria y creer que todo iba a estar bien; para no necesitarte, me independicé a mi manera. Para poder cargar conmigo misma, intenté olvidarme; para intentar detener el mundo, paré el tiempo en los segundos que pasé sin ti y sólo me quedaron los momentos más maravillosos. Para obtener mi propio perdón, me auto convencí de que tú estabas perfectamente bien; para ocultar mi miedo a perderte, dejé que te fueras sin tratar de hacer algo para impedirlo. Para no pensar en el presente y mucho menos en el futuro, recordé el pasado; para no aclarar mis dudas, dejé que me conformara con los inconstantes rumores. Para ayudarme a estar contenta, respeté mis decisiones y con dolor, acepté el final que yo misma decidí. Para falsificar tu presencia, me acerqué a ti aunque no me vieras. Porque no quiero, no quiero odiarte, no quiero extrañarte, no quiero vivir mi vida sin tu vida cerca. Pero hoy me propuse olvidarte.viernes, 21 de agosto de 2009
Para no sentir, traté de no verte; para no llorar, preferí la apatía; para no extrañarte, la indiferencia; para no quererte, el odio. Para olvidarte, elegí simplemente no recordar; para que sea menos doloroso, me anestesié el corazón con mentiras; para no lastimarte ni lastimarme, quise evitarte. Para seguir viviendo, traté de olvidar que tú también me olvidabas y que alguna vez nuestras vidas se juntaron para compartir tantos momentos. Para ser feliz, conté tus risas; para estar triste, lloré tus lágrimas; para sentirme querida, volví a buscar tus brazos. Para sentirme odiada, recordé las veces que me buscaste; para no tenerle miedo a la soledad, imaginé que todavía estabas; para pensar un poquito menos, fui egoísta como de costumbre y pensé en mi misma. Para corregir mis errores, preferí borrarlos de mi memoria y creer que todo iba a estar bien; para no necesitarte, me independicé a mi manera. Para poder cargar conmigo misma, intenté olvidarme; para intentar detener el mundo, paré el tiempo en los segundos que pasé sin ti y sólo me quedaron los momentos más maravillosos. Para obtener mi propio perdón, me auto convencí de que tú estabas perfectamente bien; para ocultar mi miedo a perderte, dejé que te fueras sin tratar de hacer algo para impedirlo. Para no pensar en el presente y mucho menos en el futuro, recordé el pasado; para no aclarar mis dudas, dejé que me conformara con los inconstantes rumores. Para ayudarme a estar contenta, respeté mis decisiones y con dolor, acepté el final que yo misma decidí. Para falsificar tu presencia, me acerqué a ti aunque no me vieras. Porque no quiero, no quiero odiarte, no quiero extrañarte, no quiero vivir mi vida sin tu vida cerca. Pero hoy me propuse olvidarte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario