
¿Alguna vez vieron a alguien hacer un papelón por lo que siente? ¿Alguna vez ocultaron lo que sienten por miedo al papelón?
Muchos se dejan llevar por las apariencias, pero las apariencias engañan ¿no?
Es mucho más fácil dejarse llevar por las apariencias y vivir en la mentira.
No todo es lo que parece, ni todo lo que brilla es oro, eso también deberían saberlo. Algunos se terminan creyendo las apariencias y así viven… aparentemente viven. Pero vivir de verdad es otra cosa, amar de verdad es otra cosa. Hay que saber mirar muy bien para ver de verdad a la gente, para ver su esencia, y no su apariencia.
A veces el que parece un santo es un demonio, y el que parece un demonio es un santo.
A veces lo que brilla de verdad es una baratija y el oro, el oro de verdad, no brilla. Las apariencias no logran engañar.
Lo esencial es invisible a los ojos, pero igual se ve. Hay que abrir los ojos para ver que la verdad no siempre es la apariencia.
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